Vuelve Ramón con su magisterio vitivinícola, para iluminarnos a los simples mortales, esta vez sobre vinos generosos…
Estuve tentado a titular este artículo como “El retonno de la Carrasca” haciendo gala de mi simplicidad mental para las tontás, pero creo que en la medida que lo que quiero contar merece todo mi respeto, tiro del Ramón mas académico que también existe y no es menos empecinado que el lúdico (ya me conocéis alguno).
Lo que sí es cierto es que había decidido acercarme a la XXXV Semana Universitaria del Vino que organizaba el club La Carrasca del 1 al 6 de abril de este año.
Eran 6 días intensos con una charla a las 11.30 y una cata a las 13.15. Cada día con una tipología de vino: blancos, rosados, crianzas, reservas y grandes reservas, generosos y espumosos.
Como no era posible asistir a todas, opté por hacerlo sólo a reservas y generosos. Ambos días fueron magníficos por muchos motivos:

Carmen. Carmen Garrobo. Había oído hablar mucho de ella, pero nunca había participado en ninguna exposición suya. A continuación os dejo un enlace en la que ella misma se presenta:
https://web.escueladecata.com/escueladecata/Principal/Curso%20Sumiller%20Madrid/Directora%2FProf.%20Carmen%20Garrobo
Dicho queda viendo el enlace que Carmen es una experta, pero lo que yo os quiero contar es que mas allá de su curriculum, me dejó sorprendido enormemente su modo de llevar la cata. Además de todos sus conocimientos sobre análisis sensorial, viticultura, vinos, tierras y su aporte a la esencia de cada vino, he de destacar su capacidad pedagógica.
Imaginaros una sala llena de jóvenes hasta rebosar a la que además de su inquietud propia de la edad se va sumando la emoción que crea cada vez que van dando a catar un nuevo vino, algo que muchos jamás han probado. La algarabía de emociones positivas es muy grande. Carmen nos dio una lección magistral de vinos generosos, mas bien como ella prefiere llamarles vinos de la Andalucía Occidental. Muchos chicos se enfrentaban por primera vez a vinos nada al uso en términos generales, aunque ya sabéis que a mí me encantan (los buenos, ja ja). Con un tono constante, sin altibajo de ningún tipo, todo el mundo atraído por lo que nos contaba, con una emoción en sus palabras increíble, como si fuera la primera vez que contase algo que conoce muy bien. Fantástica la charla, amena, llena de conocimiento y con un estilo personal que hace que todo el mundo siga sus explicaciones con plena atención (bueno, alguno se despistó con algún vinillo por la propia emoción que sintió con el mismo, ja ja).
No repasamos durante la cata las 10 tipologías de vinos “generosos” que los doctos dicen que existen en la zona del Marco de Jerez, pero sí se incluyeron “otros” de zonas limitrófes muy importantes como son Montilla – Moriles y Condado de Huelva y Vino Naranja del Condado de Huelva.
Bosquejo rápido:
Carmen nos ofreció una panoplia grande sin ser completa de todo lo anterior, explicando tanto el origen por la tierra como por el método de esos aromas y esos sabores. Reconozco que este tipo de vinos requieren entrenamiento constante (dentro de la mesura siempre que tenemos los que amamos este mundo) pero una vez que “la semilla” crece, ya no tiene solución.
Me centro ahora en el vino que quería comentaros. Se trata de un vino de naranja. ¿Qué es un vino de naranja y por qué le podemos llamar vino?. Porque quiero que sepáis que se le puede llamar vino porque cumple un requisito concreto. El requisito es que el vino base no se infusione como si fuera un vermout. Se permite añadirle alcohol vínico pero no hierbas, frutas, especias u otro tipo de componentes.
Como os comentaba, encabezar un vino es añadirle a ese vino ya hecho mas alcohol vínico para que suba su graduación y de 15 grados donde es capaz de vivir la levadura pase a 17 donde muere. En ese momento entra en contacto con el oxígeno y se oxida cambiando el color y pudiendo tomar “notas” de la madera que lo contiene (hasta ese momento no puede). Pues en Huelva ese alcohol vínico ha estado macerando con cáscara de naranja durante tiempo y al añadirlo al vino toma sus aromas y sus sabores para después con sistema de soleras crecer en complejidad. Puedes encontrar vinos de naranja amarillos claros y llegar a caobas oscuros, porque después de encabezarse cada bodega le da un tratamiento. De ahí su diversidad también.
Os animo a probarlos, una joya. Hay algunos sublimes, aunque como Juanín no me deja “pasarme de frenada en coste” os voy a hablar de uno magnífico que tuvimos oportunidad de tomar con Carmen aunque tenga otro en la pole de los que hasta ahora he tomado. Para quejas, Juanín, ja ja.
Aquí os dejo la ficha y un enlace a un video:
Nombre: S’
Varietales: Pedro Ximénez al 80% y Palomino al 20%.
Añada: No tiene (los vinos con sistemas de soleras no tienen año dado que se embotella el que se saca de la bota del suelo con mezclas de vinos que vienen de las botas superiores). En todo caso, tiene al menos 10 años de vejez.
Bodegas Sauci
Bollullos Par del Condado (Huelva)